A RÉGOA, EL PATRIMONIO DE LA VIÑA

Y menudo patrimonio. A pesar de su destreza, asusta bajar con José María por ese estrecho e irregular camino serpenteante rodeado de viñas, un lugar a priori imposible para algún cultivo, en el que la vid florece en bancales orientados al sur, con la temperatura regulada por el río sil, a los pies del viñedo. Curiosa y genial la idea de los railes para subir la vendimia al camino. Una fotografía preciosa, en un lugar mágico.
Hace 16 años comenzó la difícil tarea de adquirir, concentrar y plantar (aunque cuentan con algunas de más de 50 años), un terreno con las dificultades que entraña, debido a las vicisitudes organizativas del terreno en la zona.
De ese patrimonio nace un vino especial, Régoa, fruto del trabajo, el esfuerzo, la paciencia y la pasión de José María y su familia. Once hectáreas de viñedo de Mencía, (también un pequeño % de Alvarello y un poco menos de Sousón y Caiño y Godello, casi testimoniales), que arrojan un potencial cercano a las 80 mil botellas, pero que, mientras poco a poco van incrementando la producción, venden la uva sobrante a alguna bodega conocida. Cuentan con una de ellas funcional, depósitos de acero inoxidable y depósitos troncocónicos de 4000 mil litros de roble Allier, donde se hicieron durante 7 meses, sus vinos básicos de Régoa (hasta ahora las añadas 2006 y 2007), además de algunas barricas de roble francés donde crían lo que serán las gamas altas, Régoa TN, Régoa Iria (todos con un coupage de 92 % Mencía y 8% Alvarello).
Con una filosofía clara, “el vino se hace en la viña” o “el vino es viña”, lejos del dictado enológico, José Mª médico de profesión, hace el vino que el quiere, el haber crecido entre viñas marca su filosofía. La cata del grano, mas concretamente de la pepita, arrojan el momento óptimo de vendimia. No se abona y se usan exclusivamente levaduras autóctonas.
Un sueño que culminó con la primera añada en 2006 (ocho mil botellas), un vino tímido en principio, que poco a poco va dejando asomar sus particularidades. Una capa media/baja, nariz con un toque dulce (quizá por el pequeño % de Alvarello), frutos rojos y balsámicos, ligeros torrefactos, una arista de acidez que normalmente a mi no me suele gustar pero que en este caso sorprende, una acidez agradable que aporta frescura. Tengo curiosidad por ver su evolución con el tiempo.
Régoa 2007 (quince mil botellas), mayor capa, más potente y con más cuerpo que en la anterior añada, un tanino de la uva que aún se percibe, al que quizá le convenga más tiempo en botella, pero que para mí ya está estupendo.
Régoa 2007 Tn, 9 meses en barrica nueva francesa, ya embotellado pero aún descansando antes de su salida al mercado (cuatro mil botellas para Octubre), donde la fruta convive con las notas torrefactas y minerales, un vino de mayor complejidad que sus hermanos, apunta potencial pero que aún necesita su tiempo.
Otro vino que aún se esta criando será la añada 2008 de Régoa Iría, que será el vino de gama alta de la bodega, esperándose su salida a finales de 2010. Seguiremos de cerca su evolución.