CANGAS SE MUEVE. DOMINIO DEL UROGALLO Y PÉSICO.
(O cómo lo
vio Jorge Sibaritastur)
Los amantes del vino en Asturias podemos estar de
enhorabuena; de un tiempo a esta parte se van abriendo pequeños claros para el
vino asturiano. De una manera tímida y lenta ha ido evolucionando y van saliendo vinos que me resultan más interesantes.
Al igual que en Galicia, Cangas tiene un gran
potencial en sus variedades autóctonas. No son tantas y tampoco ahora entraré a
valorar si mejores o peores, pero lo que es innegable es que tenemos un hecho
diferencial muy importante que, dicho
sea de paso, no sabemos aprovechar.
Nicolás Marcos apostó fuerte, vendió su bodega en
Toro y se instaló en Cangas del Narcea porque tenía claro que la conjunción de
suelo, variedades y clima podía dar muy buenos resultados.
Aunque en 2010 no pudo encargarse de todo el proceso
desde el principio, consiguió hacer un blanco (Albarín ) con barrica - ya
agotado- y un tinto -en vías de agotarse-
con variedades autóctonas ( Albarín y Verdejo Tintos, Carrasquín…), solo un
punto de partida pero toda una declaración de intenciones que ha
dejado clara su línea de trabajo. Mayor maduración,
más concentración, sin aristas de acidez,
vinos distintos a la generalidad de la zona pero que respetan el entorno, tienen
tipicidad…
Con todas las
dificultades que entraña Cangas, mientras conoce más en profundidad la zona,
las variedades y su comportamiento, utiliza la biodinámica y limita al mínimo
el sulfuroso- incluso su tinto no lleva en el embotellado-, con paciencia va recuperando suelos
degradados por años de herbicida e intenta
conseguir más viñas y buscar
terrenos donde hacer nuevas plantaciones, va dando vueltas al dibujo de cosechas futuras, a lo
que quiere y podrá ofrecer. Monovarietales,
vinos de finca, mezcla… Lo más
inmediato, la cosecha 2011. Los vinos llevan
en barrica sólo cuatro meses pero ya se intuye el potencial de la añada, que superará con creces a la 2010.
Aunque probablemente tengamos que esperar a las
próximas navidades, atentos a lo que
viene.
(Y de un
Jorge a otro: lo que vio Jorge Díez)
Nicolás Marcos es un
tipo inquieto, sin duda. Tiene que serlo alguien que se separa de un proyecto
vinícola consolidado en una zona asentada como Toro y se lanza a elaborar vino
en Cangas sin infraestructura propia. De hablar sosegado, de aspecto apacible,
no obstante hay debajo un aventurero enológico, que busca el desafío del
terruño abandonado, del varietal olvidado, de la zona difícil.
En una visita reciente
nos contó varias cosas sobre los inconvenientes para sacar adelante lo que
pretende, sobre todo, para conseguir la uva o el viñedo que se ajustarían a su
idea. Al margen de otras consideraciones, que las cosas nunca son sencillas,
como asturiano me gustaría que se facilitasen proyectos así, porque sólo pueden
redundar en beneficio de Cangas, de sus vinos y de Asturias en ese aspecto. No
deberíamos temer a la convivencia con formas de trabajo diferentes, a la
interpretación particular de un viñedo y una tierra.
Pero más que de
problemas o de límites me apetece hablar de sueños. Porque ese día pudimos
probar siete sueños, siete esperanzas distintas que reposan en barricas
–excelentes barricas, por cierto- hasta que puedan ver la luz, que para
entonces serán otra cosa, seguramente no serán siete, puede que alguno se
fusione con sus hermanos.
Además de dos
realidades embotelladas, y que ya casi no pueden encontrarse, los Pésico
blanco y tinto, hay ahora mismo un heredero de ese blanco que a juicio de su
autor corrige defectos de ese primer ensayo. Porque una vida con un punto de
pasión no deja de ser una sucesión de ensayos sin que lleguemos a alcanzar el
resultado perfecto, siempre esperaremos algo aún mejor. Está también un pequeño
experimento en blanco distinto. Y están cinco tintos que por ahora representan
varietales o terruños diferentes y que todavía no se puede decir en qué
acabarán. No contaré nada más, el resto lo dejo a la sorpresa, a la emoción y a
la elaboración que todavía falta.
Lo que de verdad me
queda en el recuerdo de ese día son las ganas que Nicolás le pone, el afán por
recuperar lo mejor que pueda dar el viñedo, la inseguridad con que sometía las
pruebas a nuestra opinión para ver qué nos parecían. Nunca se conformará del
todo, seguro. Siempre querrá sacar algo más, y por ahora parece que hay
intención y buenas ideas que pueden permitirlo. Esperemos que los demás
obstáculos desaparezcan y no le impidan darnos un regalo así.
Con el tiempo espero
ver recuperados viñedos en la zona, espero ver renacer esos vinos, quitarse la
fama de rudos o extremadamente ácidos. Espero sentir el orgullo de dar a probar
a quien sea un buen vino y decirle: “sí, es asturiano”. En ese momento seguro
que tengo algo que agradecerle, entre otros, a Nicolás Marcos. Como desde aquí
y ahora le agradezco públicamente su buena acogida ese día, todo lo que nos
mostró y nos dio a probar.
Comentarios
Bromas aparte, este fue un proyecto pensado como conjunto y para este blog ya desde que hicimos la excursión. Material para mi blog de cabecera tengo, aunque lo lleve atrasado. Y también le estoy dando vueltas a un cambio de enfoque pero faltan unos cuantos post pendientes antes, tranquilo. Por escribir, de momento, no va a quedar.
Hay un punto en que discrepo con mi compañero de excursión, amigo y coautor de este texto, aunque él lo cita oportunamente porque así lo sostiene el propio Nicolás Marcos: la llamada biodinámica. Yo coincido con aquellos que lo consideran simple superstición, sin efecto alguno por sí misma. Otra cosa es que se asocie a pautas de cultivo buenas y dé como resultado buenos vinos. Poco me interesa la astrología o el ocultismo, pero sí vi -y me convenció- intentos de recuperar suelos degradados por herbicidas, buena selección de uvas y de orientaciones de las parcelas, buenas ideas para injertar las plantas... Todo esto se refleja en buenos vinos pero tiene explicaciones perfectamente claras y conocidas que corresponden a la Biología en sentido amplio y a varias especialidades de la misma, no a ningún arcano.
Yendo a la biodinámica, no tengo ni idea pero creo que si la luna afecta a las maereas tiene que afectar a la sábia de la planta, el agua del suelo, las fermentaciones etc etc;
A ver si alguien nos cuestan algo mas con precisión...
Un saludo